TRILOCOS: LA PROFESIÓN MÁS BONITA DEL MUNDO
Eran la magia, la ilusión, la
alegría, la inocencia y el aprendizaje sano para los que fueron niños durante la
última década de los noventa y la primera del nuevo milenio.
Se llamaban Trilocos y todos
repetían sus nombres entre risas: Chifo, Mané y Fofito (este último fue
sustituido por Nico más adelante). Tampoco se puede olvidar al
entrañable Metáfora. No hablaba, pero con su cara y gestos todos sonreíamos y
entendíamos qué pretendía decirnos.
Por aquél entonces aún existían
niños a los que les interesaba jugar en la calle con pelotas, cromos, muñecas…
Niños que corrían hacia casa a la hora de la comida o la merienda para ver
programas infantiles. Niños a los que les preguntaban: ¿cuál es tu payaso
preferido? y eran capaces de nombrarte al menos a uno…
¿Pero dónde quedaron esos niños?
¿Dónde desapareció esa infancia feliz y pacífica de payasos y juegos
educativos?
Pocos chiquillos quedan ya que
hablen de payasos o de programas infantiles de la tele. Pero es que… ¿dónde
están esos programas? ¿a quién se le olvidó poner en la programación televisiva
series como las de Trilocos?
Los niños de hoy prefieren jugar
a un videojuego y bajarse aplicaciones desde un móvil. A pocos encontrarás ya jugando
a los tradicionales pasatiempos que perduraron durante generaciones y
generaciones. Es verdad que los tiempos cambian, nadie puede dudar eso. Existen
evoluciones tecnológicas y por tanto,
también en los juegos, gustos y costumbres.
Pero pienso que cuando se innova, no se debe dejar atrás algo muy
importante para la infancia de un niño. Algo que sólo unos pocos, como
Trilocos, pudieron ofrecer a los más pequeños: LA MAGIA INFANTIL.
Traslado desde este blog todo mi
cariño y enhorabuena a todos los que alguna vez trabajaron para hacer felices a
los niños. En especial, a los que hicieron posible el programa Trilocos.
Chifo, Mané, Fofito, Nico y
Metáfora. Sentiros orgullosos de labor
que ejercisteis en esa etapa. Fuisteis los payasos de la tele y tuvisteis una
de las profesiones más bonitas del mundo: la de hacer reír a los niños.
Rocío Guisado